jueves, 22 de agosto de 2013

¿Qué es la incontinencia urinaria?

Hoy vamos a meternos de lleno en una de las disfunciones por las que más consultan las pacientes: la incontinencia urinaria

Podemos definir la incontinencia como la pérdida involuntaria de orina en un momento y lugar no adecuados, y en cantidad o frecuencia suficiente como para que suponga un problema para la persona que la sufre, así como una posible limitación de su actividad y relaciones sociales.

Aunque les sucede a individuos de ambos sexos, es mucho más frecuente en la población femenina porque los factores de riesgo en las mujeres son más y más poderosos: periné menos "tapizado" de músculo que el masculino, embarazos, partos y menopausia, son factores que únicamente les afectan a ellas y son definitivos en el daño sobre el suelo pélvico.

Por eso, en muchas ocasiones hablamos en femenino cuando nos referimos a la incontinencia, pero también hay hombres que la padecen.


Podemos clasificar la incontinencia urinaria en tres tipos:

- IU de esfuerzo: el escape ocurre cuando nuestra cavidad abdominal sufre algún aumento de presión. Generalmente sucede al toser, estornudar, saltar, etc. Cuando el periné está debilitado y le solicitamos un "esfuerzo" extra, éste no puede asumirlo y se traduce en un escape de orina.

- IU de urgencia: es cuando de repente, notamos unas ganas de orinar irrefrenables, hay que ir muy deprisa al baño o se produce el escape. Generalmente tiene su origen en lo que llamamos una hiperactividad del detrusor (o vejiga hiperactiva), es decir, el músculo encargado de vaciar nuestra vejiga, se pone a funcionar en un momento en el que no debería hacerlo. Lo normal es que lo haga cuando relajamos el esfínter externo al iniciar la micción, pero en este caso, se activa expontáneamente sin mediar la relajación voluntaria del esfínter externo. Este tipo de incontinencia es igualmente frecuente en hombres y mujeres.

- IU mixta: los dos tipos anteriores suceden conjuntamente al mismo individuo.

Cualquiera de las tres, supone una alteración importante en la calidad de vida de las personas que las padecen. Sin embargo, muy pocas consultan su problema con su médico y/o enfermera.

También puede suceder que estos profesionales no conozcan a fondo TODO lo que se puede hacer al respecto, y nos aconsejen medicación o los consabidos ejercicios de Kegel (ya hablaremso de ellos más adelante). También podemos recibir la oferta de  la solución más drástica: la cirugía. Y hay mucho que hacer antes de llegar a ese punto.

Pero lo más probable es que nunca consulten a nadie. Posiblemente haya dos causas de esta actitud: por un lado existe un tabú en todo lo referente a la esfera uro-genital en nuestra cultura. No se comentan ciertas dolencias o disfunciones por pudor.

Por otro lado, la publicidad nos está haciendo ver y sentir la incontinencia como algo NORMAL, que sucede sí o sí, a la mayoría de las mujeres a una determinada edad frente a lo cual no hay mucho más que hacer que ponerse una compresa y ser feliz porque "no huele y no se nota". Además, mucha gente piensa: "si a mi madre también le ha pasado, será normal que me suceda a mí".




PUES NO!!! NO ES NORMAL Y NO ES INEVITABLE!!!

Nuestras madres lo han padecido y nadie ha sabido ayudarlas, pero hoy en día disponemos de los conocimientos y los medios suficientes para acabar con esta condena.

Ya lo expondremos con más calma, pero os adelanto que lo primero que hay que hacer es un buen diagnóstico de la disfunción. Este diagnóstico correrá a cargo de un fisioterapeuta especialista en este campo, que puede indicar o no, la derivación al urólogo para la realización de alguna prueba urodinámica. El tratamiento es sencillo y no muy largo si la implicación de la paciente es adecuada (es necesario el trabajo activo de la misma).

Pues aquí queda esto. Si teneis alguna duda o comentario, exponedlo aquí y enriqueceremos el blog entre tod@s.

Hasta pronto

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